Nota: "Facundo Alvanezzi: mano maestra, cincel y paciencia"
- alvanezziformador
- 1 jun 2022
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“Hoy parece que el buen entrenador es el que pone el acento en la disciplina y en el esfuerzo físico, como si eso fuese la gran verdad para que funcione un equipo.”
Fernando Redondo
Para entender e internalizar correctamente el proceso formativo de los futbolistas es fundamental asimilar una serie de conceptos básicos e indispensables, ideas fundacionales que permitirán en el mediano y largo plazo alcanzar exitosamente los objetivos preestablecidos en cada planificación.
Johan Cruyff, ideólogo y precursor de un concepto de fútbol, pudo transmitir, a través de sus reflexiones, su amor por este deporte. Facundo Alvanezzi hizo propio estos preceptos y en cada entrenamiento potencia la tarea de los formadores. En su Academia, ubicada en el complejo deportivo de la calle San Juan 4214, los niños y los jóvenes experimentan algunas de las premisas que el ex entrenador holandés enarboló como sostén filosófico en el desarrollo del juego.
Vale recordar que muchos de los talentos que Alvanezzi formó durante su estadía en el viejo continente, en el marco de un interdisciplinario equipo de trabajo, son hoy destacadas figuras del torneo suizo, cinco de ellos integrantes del equipo titular que representó al Basilea en la pasada edición de la Europa League. En su derrotero profesional se exaltan sus capacitaciones en el AC Milán, en el Barcelona, en el Zenit FC de San Petersburgo, en el Bayer de Múnich, en el Sevilla, en el Racing Club de Estrasburgo, en el Basilea y en FC Sochaux-Montbeliard francés.
Sus clases están orientadas al perfeccionamiento de la técnica, base piramidal del fútbol, punto de partida para forjar jugadores capaces de resolver acertadamente situaciones propias de un partido. Los chicos y las chicas que se forman en la Academia que dirige Facundo Alvanezzi aprenden que jugar bien consiste en ejecutar correctamente todos los movimientos. La transmisión de conocimientos se basa en el diálogo primero y en la práctica después, guiando al futbolista, recuperando el espíritu primigenio del fútbol, disfrutando lo que hacen, exaltando los aspectos más luminosos y estimulantes del juego.

En el cierre de su trayectoria futbolística europea Facundo Alvanezzi comenzó a inmiscuirse en las metodologías de entrenamiento de sus directores técnicos, a preguntarse y preguntar el por qué y el para qué de cada trabajo ejercitado. En Argentina, en plena crisis socio – económica del año 2001, comenzó su aventura como formador de futbolistas en una promocionada y exitosa escuela para jóvenes que él ideó y dirigió. Un año después trabajó en Cadetes de San Martin hasta recalar en 2003 en el Proyecto Juvenil del Club Aldosivi. En 2008 armó nuevamente las valijas, viajó a Suiza y desembarcó en el Basilea, institución en la que desempeñó durante diez años su tarea como entrenador específico de juveniles. En el Centro deportivo Torreta de Bellinzona, dependiente de Macolin, Zúrich, se graduó como entrenador de futbolistas menores de 21 años.
En la actualidad en su Academia se pule el talento innato de cada jugador con trabajos de tecnificación específicos acordes a la edad y al desarrollo físico de los mismos. Allí se perfecciona el control y la pegada, la correcta utilización del cuerpo en cada gesto técnico, se corrigen los errores, se analiza, se entrena y se discierne a partir de un sistema integral, analítico y global.
Su tarea no compite con los entrenadores de la liga local, su faena es un complemento para los futbolistas que forman parte de los diferentes equipos de la ciudad y la zona. Alvanezzi puntualiza esta situación e invita a todos los directores técnicos de divisiones menores a conocer su método y juntos poder intercambiar ideas.

“La gran mayoría, el 90 por ciento de mis alumnos, son jugadores de los clubes marplatenses que vienen con un trabajo de formación y desarrollo muy rico, porque provienen de las mejores canteras de la ciudad. Yo lo que hago es un paneo general, como una radiografía de las cosas a trabajar. No es que en sus clubes de origen no lo hagan, sino que yo habiendo afinado el ojo, recorriendo el mundo, me puedo dar cuenta rápidamente si un jugador es más dúctil por ejemplo con el pie derecho o con el pie izquierdo, si flexiona más una rodilla que la otra, como controla con el cuerpo, como se posiciona para golpear la pelota, como se perfila, es decir estoy en los detalles más minuciosos”.
En muchas ocasiones la dinámica de los entrenamientos en los clubes no permite potenciar y prosperar en el perfeccionamiento de la técnica individual. Al respecto Alvanezzi describe las características de su trabajo al señalar que su actividad la lleva adelante en todas las categorías y que aborda la problemática acorde a los puestos y a las funciones específicas de cada jugador.
“Yo invito a los coordinadores a que se sumen, yo tomo como metodología un espacio para ayudar al futbolista de Mar del Plata para que luego vaya a su club y se luzca. No quiero un jugador para mí, no es mi ideario, yo amo la formación, yo soy un corrector de errores, yo puedo sugerir, dar mi opinión, y sobre todo quiero resaltar que yo no tengo nada que ver con la compra y la venta de futbolistas”.

La Academia, dirigida por Alvanezzi , coordinada por Damián Marcos, con la asistencia técnica de Sebastián Larralde, está abierta a todas y a todos los que quieran sumarse. Allí la técnica y la pelota a ras de piso es bandera de resistencia, sobre todo en estos tiempos en los que prevalecen los corredores y los autómatas presos de las tácticas defensivas.
Escribió el Flaco César Luis Menotti: “El fútbol no tiene nada que ver con la velocidad. Ni siquiera el automovilismo. El mejor piloto es el que mejor frena, no el que mejor acelera. No se trata de llegar primero, sino de resolver antes”.
Facundo Alvanezzi lo sabe con certeza y sabe también que para resolver antes hay que pulir la técnica con mano maestra, con cincel y con mucha paciencia.
Mario Giannotti
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