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Nota: "En la Copa América, Argentina fue un gran grupo humano que sabía a lo que jugaba"

  • alvanezziformador
  • 9 ago 2021
  • 7 Min. de lectura

Facundo Alvanezzi, formador de futbolistas, analizó las tendencias de la Copa América y la Eurocopa y elogió el juego del equipo de Lionel Scaloni. Sobre Dibu Martínez, aseguró: "Me da una tranquilidad que no sentía desde Fillol"



Después de los festejos, merecidos tras 28 años de espera, llega el momento del análisis. El juego de la Selección Argentina en la Copa América fue de menor a mayor y la sólida actuación en la final ante Brasil representa un argumento que alimenta la ilusión de cara al Mundial de Qatar 2022.


Para Facundo Alvanezzi, entrenador que se dedica a la formación de futbolistas, con amplia trayectoria en Mar del Plata y Europa, el vuelo del equipo nacional tuvo apenas su punto de partida en el certamen continental y logrará una mayor fluidez en las próximas competencias, despojado de la pesada mochila enterró en el Maracaná en la noche del último sábado 10 de julio

“Creo que va a ser un envión anímico para trabajar con calma, se han sacado de encima una responsabilidad muy grande que era el hecho de no ganar, de que estaban todos muy cuestionados, que los están mirando con una lupa con críticas despiadadas", señaló Alvanezzi en diálogo con Ahora Mar del Plata. "Si bien fue una Copa América un poco devaluada desde la técnica y la riqueza del juego, no le voy a quitar mérito a una Argentina que, de menor a mayor,logró tener un torneo con jugadores que fueron cambiando en diversas líneas, pero se vio la mano de Scaloni en el recambio de jugadores y supo interpretar los partidos”, agregó.

“En líneas generales no había un equipo superior a otro por su naturaleza futbolística, entonces creo que Argentina consiguió en un momento justo un logro súper importante, no sólo por el título en sí de la Copa América sino para lo que va a venir a futuro, que son las Eliminatorias y el Mundial de Qatar el próximo año”, analizó Alvanezzi, que dirigió en las inferiores de Cadetes, Aldosivi y en el Basilea de Suiza.

Alvanezzi destacó la "riqueza táctica y estratégica” de la Selección “para saber interpretar las diferentes situaciones de juego con los diferentes rivales”. “Veo que hay una iniciativa y que Argentina, si se lo propone, puede llegar a hacer algo interesante. Digo esto porque mucha gente, con la crítica, se olvida de que Argentina, aún en el desorden, es una potencia. Siguen surgiendo jugadores. Más allá de los resultados que obtuvo con el campeonato del 78, el del 86, los títulos juveniles con Menotti y Pékerman, y no tenemos que perder de vista que en el 34, que fue el primer Mundial, salió subcampeón, en el 90 salió subcampeón y en el 2014 también; tiene dos títulos olímpicos. Es decir, hay cosas que avalan y certifican que Argentina es una potencia a nivel Sudamérica y a nivel internacional", sostuvo, "Teniendo la comparativa con la Eurocopa, a mí me hubiese gustado en algún momento trasladar a la Selección Argentina a jugar contra Francia, Dinamarca, Inglaterra, Italia. Porque si bien se veían diferencias desde el juego y la movilidad, desde los conceptos yo creo que no estamos tan lejos. Hay una proximidad y algo que es muy cierto: si a todo esto lo confirmamos con una buena estructura y un cambio de mentalidad, Argentina está llamada a ser un país que va a renacer con el fútbol", consideró el formador.

-¿Qué puntos de contacto encontrás en el juego de la Selección con lo que se vio en la Eurocopa? -Lo que yo veía era mucha velocidad mental, física y técnica en el juego en la Eurocopa, y veía mucha velocidad mental pero no tanto física y del juego en Sudamérica. Vi que la Argentina conceptualmente tiene mucha variedad. Tiene una variedad de arqueros fenomenal, con la consolidación de Emiliano Martínez, un arquero sólido, que me genera una paz y una tranquilidad que no sentía desde Fillol. Scaloni recibió centrales del Atalanta, de la Fiorentina, del Benfica, Tagliafico del Ajax, Acuña del Sevilla, Montiel de River, entonces, trabajar a todos esos chicos que vienen con diferentes mentalidades de entrenadores no es sencillo para aunar un concepto. Vi muchas cosas conceptuales tanto para defender, como para salir jugando, como para presionar, como para esperar. Vi mucho fútbol posicional que lo trasladaban a un fútbol de posesión y a un fútbol vertical. Esto se ve en el gol contra Brasil: hace siete u ocho pases de posesión para terminar con una pelota de De Paul entre central y lateral para que Di María defina de esa manera. Argentina conceptualmente se defendió muy bien, controlaba muy bien los partidos, porque todos jugaban al ritmo que quería Argentina; te podía jugar de contragolpe, te podía jugar con juego elaborado, pese a que careció de profundidad... Trasladado a la Eurocopa, tengo amigos entrenadores fuera del país y todos le tienen un respeto enorme. El común denominador que marcan es que les gustaría ver a la Argentina jugando contra esos rivales.

-Uno de los cambios significativos del ciclo de Scaloni con respecto a los anteriores es la inclusión de mediocampistas de dinámica y juego, con llegada al área rival. -El fútbol ha hecho un click importante. Se ha universalizado y hoy tenemos acceso a ver el fútbol de todo el mundo. En el caso de los volantes, Argentina ha encontrado una bisagra, que tiene que ver con los volantes centrales o los volantes interiores. Cuando ellos conjugan la técnica, la táctica, la estrategia, la velocidad mental, el entendimiento del juego, los cambios de ritmo, pisar las dos áreas, ya no quedarse más parado en el círculo central, eso te acompaña para atacar y para defender. Argentina no fue un equipo muy ofensivo, que vapuleó a los rivales, pero tampoco fue un equipo que sufrió goles. Ese equilibrio te lo dan los volantes. El equipo jugó muy bien en 35-40 metros, donde logró aunar el fútbol de posesión y el de vértigo. Además, noté que sabía cuándo tener la pelota y cuándo soltarla. Cuando Messi no estaba cerca del área era un fútbol más lento, más elaborado. Cuando Messi estaba más cerca del área, con Lautaro Martínez, con Nico González o Di María, era un fútbol más explosivo. Argentina estratégicamente ha evolucionado. Tiene un cuerpo técnico de jugadores que han sido mundialistas, que han sido dirigidos por grandes entrenadores. No es un dato menor que cuando el equipo tuvo tiempo de trabajo, apareció el resultado. Argentina puso a jugadores claves de Brasil a jugar de espaldas. Los hizo jugar de espaldas, los encimó, les quitó espacios para correr. No es solamente ver cómo jugamos con la pelota sino cómo jugamos sin la pelota.

-¿No creés que en algunos partidos cedió demasiado la pelota? -Fueron conformando una idea, solidificando, obteniendo resultados. En algunos partidos cedió bastante el protagonismo cuando hacía algún gol, pero contra Brasil manejó el partido de forma impecable. Hizo jugar de espaldas a Casemiro, que es un gran distribuidor. Eso es mérito de un trabajo, de una organización. Yo amo el fútbol ofensivo pero no niego lo defensivo para obtener un resultado que te permita empezar a jugar como vos realmente querés y como es la característica de nuestro fútbol, que es de corte netamente individual y ofensivo. Argentina empezó a consolidarse partido a partido, los centrales se animaron a jugar, los volantes también... Cuando vos vas avanzando y hace mucho tiempo que no ganás nada, te vas agarrando de lo que te va generando seguridad. Argentina va a ir de menor a mayor. Yo creo que ahora va a tener un cambio sustancial, va a jugar con más fluidez en la Eliminatoria y ojalá el punto cúlmine sea el Mundial. El equipo se va a ir atreviendo cada vez más.


-¿Te entusiasma el equipo?

-Argentina está desarrollando una idea a futuro en la que van a jugar defendiendo, creando y atacando. Es decir, todos corren, todos defienden, todos generan fútbol y todos atacan. Queda un año y medio de proceso para que los jugadores tomen confianza para jugarle de igual a igual a los ingleses, a los franceses... He hablado con amigos, con periodistas franceses, italianos, belgas, y te dicen: ‘Yo a Argentina, no la quiero enfrente’. Argentina necesitó de esta organización estructural para que en las eliminatorias y en el próximo mundial vuelva a ser el equipo al que todos le temen. No te quieren enfrentar porque el jugador argentino es competitivo por encima del resto. Y estos chicos compiten en la élite. El argentino cuando tiene que competir, tiene una mentalidad al 100%. Y creo que hay un recambio generacional de muchos jugadores de excelencia.


-La función de Paredes como volante central fue discutida, ¿cómo viste su desempeño?

-Paredes es un gran pasador, un gran lector de juego, juega en corto, juega en medio, en largo. Es un falso lento, porque sus desplazamientos no son grandilocuentes, pero tiene una velocidad mental extraordinaria. Yo lo quiero siempre en el equipo. Guido Rodríguez me encanta pero es diferente. Viene a ser como el "5" clásico argentino que se para delante de la defensa. Pero hoy con un "5" clásico ya no juega más nadie, porque imaginate si tuviéramos al francés Kanté. Él tiene un despliegue tremendo, mirá si le decís: "Yo te quiero adelante de los centrales, cinco metros para la derecha, cinco para la izquierda y cinco para adelante". Pero si tengo resto para hacer esos 35 metros para llegar al área, ¿por qué no lo voy a hacer?.


-El mensaje del entrenador fue bastante simple y fue bien recibido por el plantel, ¿no?

-Si vos lo analizás fríamente, Argentina más que un gran equipo de fútbol fue un gran grupo humano que sabía a lo que jugaba. Sin demasiados misterios, fútbol simple, práctico, honesto, que lo va a tener que corroborar con la grandeza del fútbol argentino. Pero en base a los resultados, vos podés jugar de otra manera. Mirá en México 86, cómo arrancó jugando el equipo y como terminó. Yo creo que Argentina tiene un futuro muy promisorio de cara a la elite. Analizando la Eurocopa y la Copa América, por lo que he visto, creo que Argentina está para competir. No sé si está para campeón mundial hoy, pero está para competir de igual a igual y muchos lo van a respetar. Si hay algo que le duele mucho al argentino, como creo que no le duele a nadie en el mundo, es perder.

 
 
 

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