Nota: El proceso artesanal del exitoso campus de Facundo Alvanezzi
- alvanezziformador
- 28 feb 2022
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Entre diciembre y febrero, el reconocido formador pulió la técnica de más de 80 futbolistas de Mar del Plata. Una organización impecable que combinó las enseñanzas del potrero con las del fútbol de élite

El exitoso campus de fútbol de verano de Facundo Alvanezzi resultó toda una buena noticia para el fútbol de la ciudad, que recuperó a un formador que llenó de conceptos a más de 80 futbolistas juveniles desde el 20 de diciembre hasta el 18 de febrero. Alvanezzi y sus colaboradores, entre los que se destacan Tomás Pocorena y el ex arquero Pablo Campodonico, realizaron un trabajo artesanal que derivó en un notable progreso de los chicos y chicas, que se terminaron felices, con ganas de repetir una experiencia de altísimo nivel de enseñanza.
"La tarea es pura y exclusivamente como un orfebre. Acá somos artesanos del fútbol porque, de lo que yo tengo conocimiento, es el primer campus de fútbol que se arma en Mar del Plata. Alejado de la competencia propiamente dicha, hemos tenido jugadores de muchos clubes de Mar del Plata. Llegamos a tener 80 chicos entrenando en tres canchas distintas. Trabajamos con chiquitos de 7 a 14 con unas condiciones terribles", explicó Alvanezzi en diálogo con Ahora. El formador, con varios años en las inferiores de Basilea de Suiza, profundizó sobre el desarrollo del campus y sostuvo que "es artesanal porque yo intenté plasmar la idea de poder hacer un mix entre el potrero de mi bragado, el fútbol de mi ciudad adoptiva como Mar del Plata y el fútbol de élite que vivencié tantos años en Europa, mezclando la escuela del Barcelona, del Ajax, del Bayern Munich, con nuestro potrero".

Con una pelota por jugador y una impecable organización, los jugadores pulieron su técnica día tras día e incorporaron conceptos del fútbol de élite. "Los chicos venían a entrenar felices, contentos, cada uno con su pelota, con su ropa, con su indumentaria, con su pechera, en un lugar de privilegio como es el Golf Tulsa. Digo artesanal porque hice mucho hincapié en los fundamentos técnicos, sobre todas las cosas, con todos los ejercicios de mejora de controles, recepciones, pases, en formas de rondo, de triángulo, de hexágono, en forma de rombo. Muchos juegos de posesión y de posesión. Mucho fútbol lúdico, mucho fútbol mejorado, mucho fútbol en los que ellos juegan libremente", destacó Alvanezzi.
En el campus de Alvanezzi se vio fútbol de alto nivel. Y la pelota fue siempre por el piso: "Tratamos de vincular un fútbol de élite, bajado a una ciudad futbolera por excelencia, con grandísimos talentos. Todo lo hacemos al ras del piso, acá no hubo pelotazos. Salimos jugando desde abajo, todos los juegos son al ras del piso y no se tiraban los centros, a excepción de los viernes, que hacíamos todo lúdico y hacíamos tiros libres", comentó.
La formación del campus excede lo meramente futbolístico y apunta a un futbolista integral: "Estamos recuperando viejos valores de calidad suprema cómo el respeto, la educación y el aprendizaje constante de las emociones racionales. Primero somos personas, luego viene el futbolista. Entrenamos con la palabra, con los actos ejemplares, con los gestos de afecto y también, con la pelota que aúna todo lo mencionado", dijo Alvanezzi.
"Un detalle muy significativo qué aprendí, las mayores frustraciones fueron provocadas por adultos insatisfechos de sus propias vidas, mientras qué las emociones más grandes vinieron de los niños y jóvenes llenos de afecto y agradecimiento por la tarea recibida", señaló el formador.
-¿Cómo es un día en el campus?
-Los chicos arrancan a las 8,30 en la plaza mitre, donde se suben a la combi. Cuando los chicos llegan, nosotros ya estamos con las canchas armadas y ellos tienen un espacio de media hora para hablar entre ellos e intercambiar mentalidades. Arrancamos con los rondos, el famoso "loco", jugamos un 4 contra 2, un 3 contra 1, un 5 contra 2, un 6 contra 3, un 6 contra 2. Hacemos 25 minutos de rondos, con todas las edades, porque es como trabajábamos en Europa. Luego pasamos a lo que son manejos en el piso, sistema corver: todo manejo con la suela, borde interno, borde externo, apoyar con la suela, la pelota por detrás, la pelota por delante, la arrastro con la suela y la traigo con la punta. Estamos por un espacio de 20 o 25 minutos con ese perfeccionamiento. Después arrancamos con la técnica analítica y la técnica en movimiento, para los controles, los golpeos. La pelota con mano y borde interno, mano y muslo, mano y pecho, mano y cabeza. También hacemos ejercicios por parejas, de a cuatro, de a ocho, en distintas formas geométricas. Luego pasamos a los juegos de posición y de posesión, con muchas conservaciones, hacemos 6 vs 6 con apoyos, con dos arcos. También les damos mucha libertad de autogestión, trabajamos mucho con el pie inhábil durante dos días por semana. A su vez, les damos los breaks para que puedan hidratarse, cada uno tenía su agua mineral para recargar continuamente. A las 11 tenían una colación con frutas y barra de cereal. Luego tienen un descanso para que puedan hablar o también utilizamos la pizarra para explicar algunas situaciones. Y desde las 12 hasta las 12,30 o 12,45 juegan libre.
-¿Qué reflexión hacés en cuanto al progreso de los chicos y chicas?
-La variabilidad y los progresos fueron asombrosos. Han evolucionado técnicamente, verbalmente, gestualmente, emocionalmente, cognitivamente. Todo mérito de los formadores y de los futbolistas. Quiero agradecer a todos los entrenadores que ellos tienen en sus respectivos clubes. Evidentemente vienen con un trabajo y nosotros hemos aportado un granito de arena. El Campus me nutrió de una elevada consideración sobre el gran talento argentino, conviviendo y coincidiendo con muchas perlas superlativas con gran futuro.
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