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Nota: “Hoy el fútbol está huérfano de afecto y pasión”

  • Facundo Alvanezzi
  • 30 dic 2020
  • 6 Min. de lectura

“Filosóficamente la pandemia según Hipócrates, es la vinculación entre vivir y morir ya que todos estamos de paso, pero las crisis provocadas por la pandemia, conduce a dos salidas posibles: la recaída o la curación” afirmó Facundo Alvanezzi al referirse a los cambios producidos en el mundo, y en especial en el mundo del fútbol. No dudó en afirmar que “un fútbol sin público es cómo un público sin futbolistas. Desde siempre han convivido y hoy el fútbol está huérfano de afecto y pasión”.


En diálogo con “el Retrato…”., Alvanezzi, ex jugador argentino que compitió en clubes de Argentina, Italia y Suiza, donde se recibió como entrenador técnico primero y luego en Formador Específico de Futbolistas remarcó que “no hay tanta distancia entre aprender a morir y aprender a vivir. Las transformaciones que se sucedieron son de temas clásicos como la muerte, la libertad, el miedo, el cuidado, el amor, la educación, el ocio, el trabajo y las formas de relacionarnos en una sociedad que arrastro a millones de personas a la cuarentena”.


En cuanto a cómo vivió este tiempo de pandemia, dijo que “me invitó a una reflexión profunda aleccionado por el silencio interior para redefinir una nueva forma de vivir y comunicarme” acotando que “el fútbol sustancialmente no es la excepción a la regla y ha sufrido los mismos temores modificando patrones de difusión aleatorios como no poder entrenar y jugar con la libertad plena de antaño. Nos dejó un vacío muy profundo ya qué es un arte de exposición mundial qué está siendo practicado por la élite y no, por el más media qué produce y genera los talentos para la élite”.


Si vemos hoy los resultados, observaremos la aparición de nuevas figuras (al menos en el futbol argentino), en especial chicos jóvenes que estaban tapados. Ahora como se hará para mantenerlos atento a la emigración de jugadores?

Para relacionar la pregunta que indaga sobre el talento majestuoso del individuo, nadie mejor que un Maestro de la docencia y la decencia como René Favaloro, el mismo definió cómo cuna de excelentes talentos expansivos a los individuos del suelo Argentino qué se autogestionaban individualmente sin tener explicación académica.

Bien valga la introducción para enumerar sólo algunos brillantes exponentes de un fútbol inagotable.

Por caso: Benjamín Garré (Racing), Thiago Almada (Velez), Agustín Almendra, Agustín Obando ( Boca), Julián Álvarez (River), Agustin Urzi (Banfield), Pedro de la Vega, Tomás Belmonte (Lanús), Brian Sarmiento (Estudiantes) y tantos más.

Retenerlos será cada vez más difícil porqué el poderío económico de los países más desarrollados no permite qué podamos competir financieramente, es una realidad tangible y si el jugador se encuentra relegado en la consideración de los entrenadores, prefieren emigrar a esperar pacientemente el premio de actuar para consolidarse.

De lo contrario no tengo dudas de qué Argentina tendría una liga fantástica porque mantendría un volumen calificado de Futbolistas sin igual.


Da la sensación que se equilibraron el 80% de los equipos y solo podrían quedar cuatro o seis grandes tal cual sucede en España que se reparten todos los campeonatos. Será así?

Siendo el fútbol dinámica de lo impensado (Dante Panzeri) y un juego donde el arte estructura los estándares competitivos, no debería quedar reducido a un porcentaje de equilibrio generalizado pues todos los equipos y entrenadores, somos diferentes en las ideas y los planteamientos.

Para superarnos continuamente ésta sería la plataforma universal aunque a simple vista se aprecia qué los equipos grandes deberían ser siempre los campeones.


Hay relajamiento de los clubes ya que no hay descenso (tal el caso de Godoy Cruz)?

Vamos por el camino más práctico y vulnerable al mismo tiempo, ya que al no existir el descenso se pierde el espíritu y agonismo de luchar por logros y objetivos reales. Es decir, jugar para obtener la gloria de lograr un campeonato, o la desilusión de perder la categoría, siempre fue y debería ser así.


Hoy el futbol argentino copia lo que sucede en Europa especialmente: velocidad, resistencia, presión… Ya no hay formaciones 4-3- -1-2. Desaparecieron los wines wines. Volverán?

Mi opinión de porque copiamos a Europa está vinculada con la capacidad individual direccionada al cambio entre lo tradicional y lo innovador.

Al ver tanto fútbol internacional cuándo no tenemos autonomía y gestión personal terminamos copiando!

Esto sucede porque la introspección individual no ha sido lo suficientemente exhaustiva para determinar un orden de prioridades. Es decir, debo comprender dónde acelerar, donde presionar y dónde resistir para jugar un fútbol evolutivo y polifacético respetando el origen de las posiciones, partiendo de nuestra idiosincrasia, y no de la ajena.

No deberíamos copiar, si deberíamos imitar respetando al futbolista en primer orden y su posición en el campo para que su elasticidad mental nos ayude con las pausas, los cambios de ritmo y las formaciones tradicionales que dieron origen a nuestra historia.

Defiendo los enganches, los volantes creativos, los sistemas autóctonos, la creatividad y el motor distinguido que acompaña el gesto de interacción entre el cerebro y el cuerpo.

Hoy en día hay tanta información qué desinforma!

Al faltar los Maestros en el campo de juego que enseñen y pulan la técnica individual, se termina corriendo cómo un todo en general sin entender que la pelota, es la primera en llegar siempre.

Ello sumado a nuestra locura existencial por inventar posiciones, es que hemos terminado con los wines wines, la gambeta, el engaño y la iniciativa creadora de genios como Maradona.

Para rescatar nuestra historia, deberíamos hablar y escuchar a un sabio que reinvindico el fútbol en nuestro País, el mismo, se llama César Menotti, es decir, un Maestro!


En este tiempo sobresale una figura distinta a muchos: Carrascal el de River. Distinto. Gambeteador y desequilibrante. Quizás lento para el futbol de hoy, pero distinto. Aguantará?

Jorge Carrascal es un exquisito exponente de lo que vengo mencionando anteriormente.

Es una mezcla de potrero, barrio, su Colombia natal y la explosión actual más allá del Monumental, es el clásico falso lento porqué su plasticidad y velocidad mental lo combina con la agilidad muscular para dar una información al rival y hacer otra cosa.

Es capaz de jugar a la pelota más allá de las presiones, gambeteando, pasando, triangulando y sobre todo, siempre engañando! Es un virtuoso qué debe ser tomado como ejemplo.

Gracias a Marcelo Gallardo (otro Maestro de relieve) que lo está reivindicando y apoyando en su gestión deportiva.

Carrascal es un distinto por naturaleza solo corre para jugar, entrena para que su cuerpo y mente respondan a su inmenso talento en una misma dirección. Potencia y amplifica su técnica refinada y agudiza su aspecto cognitivo para ver lo que otros no ven…En fin, le sobra fútbol y velocidad mental para estar en tiempo y espacio siempre.

Tiene gran porvenir sí lo dejan expresarse.


Debemos seguir copiando a los europeos o hay que volver a las fuentes. Quizás un futbol más lento, pero de mucho virtuosismo. El último en este ítem fue Riquilme?

Mantener una línea de construcción artesanal fue siempre nuestra virtud en el mundo entero, sostengo una idea personal muy abarcativa, no debemos copiar nada qué no hayamos experimentado por años, sólo allí está la clave del éxito como sociedad.

A nosotros nos copiaron futbolísticamente hablando del año 1978 en adelante.

Recrearon el potrero con campos reducidos y un orden institucional, profesional y deportivo por el cuál tienen éxito, algo que nosotros aún no hemos sido capaces de implementar, de lo contrario el fútbol Argentino no tendría que envidiar nada a nadie, pues el talento abunda y la creatividad es muy sustanciosa.

No debemos copiar a los europeos, debemos ser capaces de crear nuestra propia gestión autodidacta basada en el talento anónimo de muchos excelentes formadores alejados del resultado numeral de un partido.

No importa si nuestro fútbol es más lento y pausado, importa la calidad interpretativa de los jugadores para entender el método que me ayude a mejorar jugando con la pelota y sin ella.

En esto Riquelme fue un Maestro, jugando con corredores, luchadores y algunos entrenadores que nunca entendieron a Román, mucho menos de pausa, tiempo y engaño.


Queda la sensación que al jugar sin hinchadas hay equipos que se desinflan (Caso Boca). ¿ Tan importante es el aliento? ¿ Y lo que cada uno tiene encima no sirve?

Los equipos desnudos de hinchadas , despojados de los cánticos y ese clima tan especial y seductor qué es la gente, es como una orquesta en el teatro Colón cuya Sinfónica suena pero sin público.

Al futbolista lo seduce el clima multicolor de la hinchada y potencia sus capacidades con 50.000 personas en las gradas, un fútbol sin público es cómo un público sin futbolistas.

Desde siempre han convivido y hoy el fútbol está huérfano de afecto y pasión.


Le gusta el actual nivel argentino y sudamericano visto en la Libertadores y la propia Susamericana?

Siendo el fútbol la única religión qué no tiene ateos (Eduardo Galeano), estoy apreciando una mejora sustancial en la idea de cómo intentar jugar, sé qué el fútbol es un espectáculo único en el mundo dónde el nivel de exposición es cada ves mayor, Argentina y Sudamérica están en una plataforma intermedia en la búsqueda de una nueva identidad y sentido de pertenencia que realce el nivel progresivo de todo el continente.

Soy auspicioso con lo qué veo, creo debemos desacelerar la vorágine por el resultado y refrendar la creación como un hecho cultural donde Argentina tiene una tradición de excelentes futbolistas de cara al futuro indefinido.


Finalmente Alvanezzi dejó una reflexión personal :

“Amar un oficio que despierta pasiones multitudinarias es un acto de valentía anímico qué supera todo lo previsible y lo razonable, es virtud de muy pocos interpretar que el juego es un arte incomparable de belleza insuperable… Quien no aprendió a jugar, no entenderá nunca de qué estamos hablando”

 
 
 

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