Diego: la magia milenaria y universal que traspasó fronteras
- Facundo Alvanezzi
- 28 nov 2020
- 3 Min. de lectura

Dice Sócrates que la muerte podría ser la más grande de las bendiciones. Para Diego, artista universal contemporáneo, es un viaje al encuentro de sus afectos que lo están esperando.
Galeano, sumándose a la descripción de Maradona, dice: “como” el más humano de los Dioses no se jubilan, por muy humanos que sean. Él nunca pudo regresar a la anónima distinción de donde venía.
Ya que el más media no le dio lugar y reposo al niño devenido en futbolista.
Mario Benedetti decía de Diego que la mayor desgracia de un mito es estar vivo y convivir con el enorme peso de su sombra.
Y Platón aseguraba que la inspiración llegaba en momentos de “locura divina en genios inigualables fuera de lo común”. Por eso Diego hizo cosas irrepetibles.
En verdad no sé cómo esgrimir estás líneas con un hilo conductor que me haga abstraerme de mis emociones. Soy un resorte secundario de lo generado por Diego, y si soy alguien en este mundo, se lo debo a Él.
Emotivamente dejo fluir mi pluma garabateando entre miles de imágenes y un pueblo de pie aplaudiendo a su ídolo más sagrado, un mito del fútbol Mundial que hoy llora su partida terrenal, aunque Diego nunca fue terrenal, su sola presencia auspiciaba un aire angelical lleno de fútbol, gambeta, humanidad y solidaridad que la gran mayoría desconoce.
Fue líder, capitán, compañero, ladero, amigo, anónimo en gestas que nadie sabe (solo sus íntimos), campeón del mundo y de la vida, héroe y no tanto, genio y figura, inalcanzable y a portada de mano, obediente y desobediente, honesto y valiente, ganador y perdedor valiente, austero en su genialidad y provocador cuando la situación lo ameritaba, en definitiva, me quedo con algunas de las tantas cosas por esgrimir porque estoy quebrado…
Soy, fui y seré ferviente admirador de su genio en perpetuidad. Talento mundial, pero bien argentino, como el potrero donde nació.
A quienes tuvimos la posibilidad de recorrer el mundo, Dios sabe me quedo corto en mi explicación de divinidad por Diego…Diego es la única palabra en el mundo que tiene traducción universal, y Diego es Maradona en los cinco continentes.
Por dónde viajé fui sinónimo de ¿argentino? ¡Maradona! qué orgullo por favor. Hay que vivirlo para entender lo que nos legó y seguirá legando.
Pues esto no finaliza aquí, todo lo contrario, aquí comienza la leyenda para mantenerlo vivo y regalarle con mucha generosidad su pasaporte a la gloria eterna.
Estoy como millones de personas conmocionado y muy pero muy vacío. No le encuentro explicación a esta gambeta al cielo, pero entiendo que tu partida es el inicio de tu legado. Todos tenemos la obligación de seguir tus pasos, aunque no te podamos imitar…
Nos regalaste el cielo, la gloria, alegrías inconmensurables y satisfacciones que nadie más nos dio. Hoy, yendo de camino al cielo y mirándonos desde arriba, esperemos no defraudarte en el intento de seguir siendo argentinos por vos Diego.
Con tu genio en la cima estabas sólo, allí como en la cancha tenías una perspectiva de 360 grados y veías lo que los comunes mortales no veremos jamás, por ello tu inmensa soledad rodeado de multitudes!
Y tu partida llena de afectos desbordantes que tu sola presencia suele provocar, nos coloca un poco en perspectiva la magnitud de tu partida.
Te fuiste a descansar genio con tus padres, incondicionales de toda la vida que hoy te estarán abrazando con mucho afecto.
Gracias mi gran Capitán, descansa con Dios en el Olimpo reservado para muy pocos. Ahora disfrutarás de la paz que tanto necesitabas.
Para finalizar porque estoy llorando de alegría! Nos vemos en el cielo para darte un abrazo y agradecerte por tanto.
Y como dijo Galeano, Diego no te jubiles nunca.
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