top of page

Nota a medio Colombiano: Facundo Alvanezzi, argentino con Consultoría buen fútbol

  • Facundo Alvanezzi
  • 19 jun 2020
  • 7 Min. de lectura

Facundo Alvanezzi, formador argentino de fuerzas básicas y cuyo trabajo en Europa le ha permitido consolidar su experiencia para transmitir sus conceptos al fútbol de su país y generosamente los ofrece también para el fútbol colombiano. Hace parte igualmente del staff de colaboradores de la Consultoría buen Fútbol que presentamos a la comunidad de Cápsulas en días pasados.

J.A. Gracias Facundo por su disposición para atender nuestras inquietudes sobre la formación de futbolistas. Háblenos inicialmente de usted como persona y su desarrollo profesional en el deporte.

F.A. Me considero un acaudalado artesano de humanidades todas diferentes, allí vivo acelerando y desacelerando mis emociones en profundidad para que mi conducta a través de mis pensamientos me guíen para llegar al sitio adecuado. Ese soy yo, comprendiendo que el significado de mi cambio personal es enfocar toda mi energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo.

Mi desarrollo profesional en el deporte fue maravilloso. El fútbol conjuntamente con mi familia me formaron con mucha decencia y honestidad para afrontar el mundo. Debo decir, que el camino ha sido muy largo y lleno de errores, motivo por el cual soy un exponente imperfecto de la sociedad.

Pero si debo calificar el mismo, debo subrayar con certeza que mi evolución intelectual y social se la debo al mundo que me circunda y al fútbol como orfebre de mi formación universal.

J.A. ¿Podemos hablar en la actualidad de técnicos formadores, o de técnicos y formadores, independientes cada uno en su labor?

F.A. La actualidad está aplicando la regla de la celeridad, todo a una velocidad donde no queda espacio para la reflexión que se base en el pensamiento. Por ello estimo vital la formación del educador que ejerce su compromiso con austeridad y conocimientos profundos.

Es loable hacer la distinción sublime entre quiénes formamos para corroborar con el tiempo nuestra misión docente, y quienes entrenan buscando la vorágine del resultado. Me fascina hablar de formadores que llegan a ser técnicos manejando todo el espectro cultural, social, técnico, táctico, estratégico y humano para que puedan alcanzar la élite.

Cada uno ejerce su función puntual, su labor interpretativa en los roles adecuados. El formador con mucha paciencia y sabiduría obra de maestro en plenitud, mientras los entrenadores por el vértigo actual, deben buscar el resultado priorizando otras capacidades.

Yo soy un auténtico formador, faceta que me ilusiona y considero la más difícil. Pues, entrenar podemos hacerlo todos, mientras qué enseñar son muy pocos los que pueden hacerlo.

J.A. ¿Cómo fue su experiencia en Europa y específicamente en el fútbol suizo? F.A. Mi tránsito por Europa me dejó una experiencia invalorable por donde la analice. He crecido humana y profesionalmente en forma gradual conjugando prueba y error, no solo para vivir, sino para jugar y entrenar. Viajé por el mundo observando y cultivando amistades que me vincularon con mi interioridad para aplicarlas en mi vida y en el campo de juego.

Dejo una aclaración con mucho respeto: llegar a la élite reafirmó en mí la adaptación como formador con competencia que exige rangos de excelencia y aplomo, pues los resultados abstractos y momentáneos no modificaron mi enseñanza y esencia, al contrario, me elevo en la consideración de los futbolistas por mantener una conducta siempre.

Al fútbol suizo y al Basilea FC en especial, le debo lo que soy. Es un fútbol muy dinámico, técnico, veloz, táctico y estratégico que ha evolucionado mucho en el orden internacional.

J.A. ¿Qué referencias tiene de los procesos de formación a nivel latinoamericano? F.A. Tengo referencias difusas y encontradas porque en virtud de mis más de 20 años de formador, he visto muchos procesos naufragar por incompetencia y falta de capacidad muy marcada.

Latinoamérica tiene la virtud de los futbolistas (diamantes en bruto), formadores que dan la talla para enseñar, pero el problema es estructural, organizativo, de infraestructura y sobre todo de conducción. Por mucho de estos motivos he tenido que emigrar siempre, somos una sociedad que repetimos pautas sucesivas y que no resolvemos de cara al mundo entero.

Por ello Latinoamérica en comparación con Europa debería tener un proyecto de envergadura que invite a la prolongación del tiempo para invertir en los clubes y los jóvenes, debería sustentarse en la austeridad y la capacidad vocacional e intelectual de los formadores.

J.A.: ¿Cree que a nivel latinoamericano los procesos de formación cumplen con las etapas necesarias para alcanzar niveles de alto rendimiento, o al contrario, estamos llevando jugadores a Europa sin el grado de maduración necesario?

F.A. Puedo hablar por Argentina (país exportador de jugadores) diciendo, a mi criterio no se cumplen ni respetan los procesos madurativos para alcanzar el alto rendimiento, porque deben vender imperiosamente…ello conspira contra la madurez mental, técnica, táctica y física para jugar en la élite, lo que motiva la escasa inserción en grandes clubes europeos a la hora de competir y ver cristalizados los sueños de éxito.

Agrego, como el juego es cada vez más una cuestión de técnica depurada en velocidad entre la pelota, los jugadores y los espacios, si esto no viene entrenado y desarrollado como juego en edades tempranas con formadores idóneos, la mayoría sufre el desencanto del abandono. Me animaría a mencionar que en Latinoamérica tenemos mucho por hacer y redescubrirnos, debemos apelar a los Maestros que muestren vocación y servicio por la formación, amando enseñar con mucha decencia y conocimientos.

J.A. ¿Cumplen los procesos actuales de desarrollo y formación deportiva con estándares de calidad en cuanto a una verdadera formación integral tanto a nivel de Europa como a nivel Latinoamericano?

F.A. En Europa se cumplen los estándares deportivos de calidad con unos valores integrales notable. Ellos restablecieron a través de sus federaciones programas metodológicos de avanzada que han sido bajado a los clubes respectivos (Alemania, España, Suiza, Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra) por citar algunas asociaciones están a la vanguardia de la instrucción universal.

Ello ha motivado a que juegan como entrenan y viven sacando conclusiones de cara al futuro. Entendieron el sentido de trabajar en equipo para potenciarse, mientras aquí, seguimos privilegiando la individualidad en todo aspecto. También adhieren a la calidad por sobre todas las cosas y la diferencia jerárquica entre Europa y Latinoamérica es notable.

J.A. ¿Tienen los procesos formativos un enfoque hacia la adaptación del jugador a un fútbol “moderno” o a un fútbol de técnica más depurada, un fútbol más de elaboración? En este aspecto qué tipo de formación sobresale en la actualidad?

F.A. El enfoque está adaptado al futbolista moderno con una técnica más depurada, fina, elegante, sublime, llena de recursos para producir un juego de elaboración muy alto.

Sobresalen los rondos, los juegos de posesión y posición, los cambios constantes en las líneas de juego para generar superioridad numérica, los conceptos transitorios del espacio que ocupan para resolver adecuadamente, la estrategia que da lugar a descubrir la orientación más débil del rival, a la comprensión del juego desde el fondo, el centro del campo y el ataque, a saber correr para jugar y no correr sin destino indefinido, al cambio posicional sin afectar la estructura orgánica de un sistema, a los ritmos fluidos de los pensamientos disímiles para un bien común, en fin, podría seguir enumerando cosas pero no deseo apabullar al lector.

Lo que sobresale en la actualidad es una metamorfosis de ideas que permanece inalterable con los años: jugar para aprender y aprender para desarrollar mejor el juego…luego colocarle vosotros las siglas que queráis. Para mí el fútbol es un juego exquisito que les pertenece a los futbolistas y lo que no debemos hacer los formadores, es desnaturalizar la esencia creativa de los mismos.

J.A. ¿No cree usted que el biotipo de jugador con más intensidad en lo físico está desbancando al jugador talentoso y de hecho, nuestro fútbol, el fútbol suramericano, viene en decadencia y es muy poca la figuración a nivel mundial?

F.A: Me baso en una premisa, el talento es un tesoro inalterable que siempre he protegido y cuidado, no mido el mismo por su altura o físico imponente. Considerando que la decadencia es hija de la ignorancia y la imitación sin fundamentos.

No crecemos porque aquí debemos ganar sin comprender que hay un tiempo y mucha elaboración para concretarlo. Debemos aceptar que primero está el error como parte del aprendizaje y la derrota como enseñanza para saber ganar…Ahora si solo deseo un resultado por físico, altura, velocidad o fuerza sin entender cómo debemos jugar, estaremos equivocando el camino. El fútbol latinoamericano elevará su prestigio cuando recupere su esencia y todos aprendamos a trabajar en equipo para un bien común.

J.A.: ¿Cuál es su consejo para los formadores colombianos desde el fútbol base?

F.A: Sería una imprudencia de mi parte aconsejar o sugerir, si puedo ofrecerles algunos pensamientos. Como formadores, inviertan su tiempo en la búsqueda de nuevas formas de mejorar para alcanzar un fútbol que los deleite.

Para ello perseveren y busquen herramientas (conocimientos), para interpretar y analizar lo que quieran alcanzar y como ayudar a los jugadores a conseguirlo. Creen una buena atmósfera para reforzar los lazos humanos y profesionales con los futbolistas. Pensando que son todos diferentes en cuanto a su cultura y extracto social.

Minimicen y convivan con el error sabiendo que allí comienza esta fantástica labor. Siendo vital y primordial que en el proceso de enseñanza sean unos Verdaderos Maestros.

J.A. Por último: ¿Tendremos la posibilidad de tenerlo en Colombia y poder compartir su experiencia y conocimiento con nuestros técnicos y formadores, toda vez que ya ha sido aprobada la ley del entrenador para el país?

F.A. Sería un privilegio y orgullo compartir y transmitir mi experiencia profesional de tantos años con vuestros formadores y técnicos. Si algo aprendí de la vida es que hay que retransmitir el conocimiento y compartirlo con las futuras generaciones. Siento un gran respeto por el pueblo y el fútbol de Colombia, de Gabriel García Márquez, Francisco Maturana, Juan Carlos Osorio por citar algunos.

REFLEXIÓN

Me siento un artesano de la formación, considerando que formar y entrenar son dos aristas fundamentales en el arte de la enseñanza del deportista. Adjunto que el talento se cultiva a través del hábito con un profundo aprendizaje que consiste en la excelencia de cara a unos objetivos específicos y bien determinados. Finalizo citando, que todo artista tiene un Maestro no para imitarlo sino para evolucionar con el talento propio. Mis maestros (Menotti, Valdano, Guardiola, Maturana, Cruyff, Amor, Blanco).

 
 
 

Comments


bottom of page