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El fútbol expresión de deseo

  • Facundo Alvanezzi
  • 14 mar 2017
  • 2 Min. de lectura

El juego es una maravillosa expresión de deseo individual que el jugador debe

concretar colectivamente asociando identidades, afinidades y creatividad para el

bien común.

No es sencillo si el individuo no otorga una porción de altruismo en beneficio del

equipo y su propia persona porque la resultante del desprendimiento individual

potencia al colectivo y refuerza interiormente lo que se llama « alma de equipo ».

Cada jugador con una identidad propia, mentalidad diferente, cuerpo diverso, estilo

que debe adaptarse y asociarse, pondrá al desnudo sobre el campo de juego la

tarea que deberá efectuar el entrenador para ir armando y moldeando el grupo que

se ajusta a su idea y filosofía, uniendo las diversidades que los jugadores tienen.

Quien comprenda lo mencionado anteriormente tendrá la ventaja de haber asimilado

que estamos hablando de un deporte colectivo que exalta al individuo que propone

su talento para beneficiar al equipo en todo sentido.

La sucesión de pases, triangulaciones, gambetas y juego asociado, debe guardar el

tesoro genuino de legitimidad personal (identidad) para que el fútbol en esencia pura

no pierda ese magnetismo que lo hace tan espectacular y distinto a todos los

deportes…

Si a ello lo potenciamos desde la técnica pura y lúdica que expresan los jóvenes

desde su genética personal, obtendremos una combinación excelente para

desarrollar nuestra tarea formativa en tiempo y espacio…alejado del resultado

químicamente puro (ganar o perder) en beneficio de una labor de crecimiento

racional y apropiado para potenciar el capital futuro del club.

Para que esto acontezca desde mi opinión personal (los entrenadores) debemos

aspirar a la grandeza que se aloja en nuestra alma.

Los verdaderamente grandes son los que aspiran y desean que la belleza sea parte

importante del espectáculo, defendiendo una idea de juego que se ajuste a su estilo

definido.

Estos para mi son los que quedan en la historia y las retinas de los espectadores,

por que no son para nada conservadores y previsibles en extremis, todo lo contrario,

son audaces buscadores del talento en expansión y de nuevas oportunidades de

seguir creciendo y manteniendo una línea de conducta y estilo personal (sello

propio).

Las inquietudes que despiertan nuestra labor instintiva deben estar asociadas a la

realidad del juego en su inventiva, es decir en un todo integral (entrenadores y

jugadores) que aúnen el concepto de fútbol-juego como tal…respetando los

parámetros mas diversos transformados en talento natural y genuino…

Simplemente son pensamientos e inquietudes que despiertan mi curiosidad y lo

escribo en un papel.

Entrenador: Facundo Alvanezzi. Sábado 9 de Octubre 2010 (Francia).

 
 
 

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