Reflexiones Personales.
- Facundo Alvanezzi
- 17 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Habernos equivocado mucho como entrenador, nos sirve como virtud futura en los aciertos de cara al mejoramiento en la idea de como jugar y cada ves hacerlo mejor.
Los torneos de envergadura, se ganan en las ultimas jornadas y se pierden en los primeros encuentros.
Los equipos de fútbol son "momentos" entre el éxito y la frustración que nos templa y lleva a ser cada día mejores.
La excelencia es una burbuja que a veces se pincha, dejando un vació que de saber capitalizarlo, da lugar a nuevas burbujas de excelencia.
A los entrenadores que "dudan" hay que motivarlos y ayudarlos, porque significa que están en el camino correcto en su tarea en busca de la excelencia.
Lo que mata no es la adversidad sino la paciencia con que soportamos la adversidad.
Para armar un gran equipo de fútbol y orgánico colectivo que nos alcance a la cima, se necesita pasión, paciencia y mucho tiempo para concretar una idea global con un objetivo definido.
Pasión, energía, preparación dan lugar a la gente que tiene la mente muy abierta a las cosas nuevas, siempre y cuando sean exactamente iguales a las viejas.
"Para crear, necesitamos libertad, presión y riesgo utilizando la deconstruccion como método creativo" (Pep Guardiola).
No se puede medir el éxito propio si nunca has fallado al intentarlo.
Observar y reflexionar nos otorga el privilegio de poder corregir y construir un largo camino al éxito.
Solo son pensamientos que afloran a la superficie luego de un largo camino recorrido donde aprendí que muchas veces lo contra-cultural, me ayudo y motivo a ser diferente en el abordaje de mis mecanismos para entrenar e interpretar el juego modificando mi estructural mental. De modo tal, que hoy veo con suma claridad que cada País tiene su cultura y sus habitos por encima de todo y que debemos adaptarnos a ellos.
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