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A modo de referencia.

  • Facundo Alvanezzi
  • 16 jun 2016
  • 2 Min. de lectura

En la búsqueda de la dignidad humana-profesional les sugiero a los jóvenes jugadores...cuando reciban la información entre la realidad y los sueños personales dejen de lado la frivolidad y las apariencias, para entender que la "virtud" no se encuentra jamas en los extremos.

Generalmente la avidez de un trabajo serio, honesto y responsable, conduce a los clubes, dirigentes, entrenadores y la sociedad toda, a un replanteo de los tiempos naturales de crecimiento y desarrollo evolutivo del joven en la actualidad...

Debemos considerar la amplitud y la expansión de la mente humana como un mecanismo pluralizado para actuar y compartir. No limitarlo a los méritos propios que desembocan indudablemente en individualismos sin futuro.

Deben existir conceptos importantes de formadores-entrenadores y una cultura apropiada de recepción en la sociedad para que comprenda, respete y valore, los recursos humanos y éticos de quienes imparten la docencia.

La paciencia es una virtud reflexiva que todo formador en su máxima expresión, debe tener para actuar en los tiempos y momentos adecuados...

El estilo y la forma de llevar a cabo una idea global sobre lo que se debe plasmar en el campo de juego, nos demanda con obligatoriedad el compromiso de respetar "esa idea de jugar" mas allá de un partido adverso. Por que si no...el desarrollo a futuro se ve interrumpido por un resultado efímero que no opaca a quien de verdad sabe hacer su labor instructiva.

"Considerando que las cabezas dirigenciales entiendan lo que estamos realizando para el devenir de lo que vendrá".

Reflexión final:

Encontrar referencias notorias de lo mencionado con anterioridad, nos compromete como individuos a realizar un estudio profundo sobre los valores deportivos y culturales sobre la cual debemos ejercer dominio y posesión de conocimientos reales para cumplir con nuestras obligaciones y derechos.

 
 
 

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